Mil millones de «nuevos cortes»

Los discos de corte finos de 1,0 mm recibieron una acogida más bien escéptica cuando se presentaron a finales de los años 90, pero hoy por hoy resultan ya imprescindibles en los talleres de todo el mundo y han revolucionado la forma de trabajar.

«La relevancia de los discos de corte finos en el sector se aprecia por las cifras absolutas de unidades producidas y por la proporción de este aclamado superventas dentro de la gama, en constante aumento», explica Marco Steinwand, jefe de producto de discos de desbaste y de corte de Herramientas PFERD, August Rüggeberg GmbH & Co. KG. «No fuimos verdaderamente conscientes de ello hasta comienzos de este año, cuando alcanzamos los mil millones de discos finos vendidos».

Teniendo en cuenta esta increíble trayectoria de éxito, cuesta creer que hace 20 años, cuando se lanzaron al mercado los primeros discos finos, muchos usuarios, distribuidores y también fabricantes rechazaran esta tendencia. «Decían que unos discos tan finos eran peligrosos y que no eran resistentes. Y lo cierto es que al comenzar su desarrollo uno de nuestros principales objetivos consistió en hacer que estas herramientas, que permitían cortar con mucha comodidad y rapidez, también resultasen suficientemente seguras para que cualquiera pudiera trabajar con ellas», añade Steinwand. Superar ese reto contribuyó al éxito continuado de estos discos hasta ahora.

«En PFERD hemos intentado desde el principio combinar varias ventajas en los discos finos: queríamos que permitieran cortar mucho más rápido, con menos rebabas y más cómodamente que antes, sin descuidar la vida útil de los discos». En su día fue un objetivo de desarrollo «que entusiasmó a todo el mundo», afirma encantado el jefe de producto. «¡Nunca había habido una herramienta igual!». Steinwand admite que hubo objetivos contradictorios durante el desarrollo del producto que había que conciliar. Esto supuso un «intenso intercambio» entre los implicados en el proceso, indica mientras sonríe.

Hubo que sintonizarse con los usuarios, es decir, examinar con atención lo que querían los empleados de los talleres y lo que querían sus jefes para tomar las decisiones correctas en cuanto al desarrollo de los discos finos. «Hacían exactamente lo que se esperaba de ellos: apenas generaban vibraciones, ruido y polvo, se manejaban de forma óptima y, además, permitían costes reducidos por corte. Este era el “nuevo corte” que queríamos conseguir: poco esfuerzo, control muy sencillo del proceso y comodidad máxima».

Por último, la multiplicación de la producción «por un factor 20», según declara Marco Steinwand, contribuyó también de forma considerable a la eficiencia y a aprovechar las reservas de productividad. «Y todo eso, exactamente, mil millones de veces».

Hoy en día PFERD cuenta con uno de los surtidos más amplios de discos de corte finos. Diámetros de 105 a 230 mm y —según el diámetro— espesores de 0,8 a 1,9 mm, así como distintas líneas de calidad, según la aplicación y las necesidades del usuario.